Los enamoramientos, Javier Marías.

Esta es una novela profunda y grande; de esas que te hacen parar al leer un párrafo porque tu mente necesita seguir rumiando y reflexionando sobre lo leído y precisas tomar un aliento de comprensión para avanzando en la lectura.

Javier Marías se mete sabia y sensiblemente en la piel de María, una narradora de treinta y tantos, y bucea a través de su mirada inteligente en varios aspectos de la vida: la muerte, la inconveniencia de que los muertos pudieran volver, la impunidad, la fuerza de la costumbre, las relaciones y los enamoramientos.

¿Y, al final, qué es el enamoramiento, algo pasajero que dura lo que ha de durar o es algo más profundo y arraigado en las personas y, aunque pase el tiempo, no se borrar lo que nos hemos empeñado en borrar?

María conoce de vista a un apareja perfecta, un matrimonio al que se le ve muy enamorado. Ella es la Joven Prudente que los observa en la cafetería en la que coinciden para desayunar. Nota que es un matrimonio que vive para agradarse el uno al otro, que sus miradas comunican mucha complicidad, sus gestos traducen verdadero amor... quizá por eso ella los observa con verdadero placer.
Hasta que dejan de acudir.

María descubre más tarde que el marido, Devesner, ha sido asesinado por un gorrilla aparcacoches al que indujeron al crimen, y que Luisa, la esposa, vive un auténtico letargo; no es capaz de hacerse a la vida sin su marido.

María llega a acercarse a Luisa y un día esta la invita a su casa donde le expresa todo su dolor y su tristeza (como apunta María, ella es solo un mero oído de las desgracias). Y allí, aparte de conocer a un Francisco Rico chisposo (no es la primera vez que el autor introduce a Rico, miembro de la Real Academia Española de la Lengua), conoce a Javier Díaz- Varela y comienza su enamoramiento.
Habrá invitaciones, charlas durante horas,encuentros eróticos... sin embargo no se exigen, no se reprochan, solo son momentos dispersos porque Javier de quien está profundamente enamorado es de Luisa y la espera pacientemente...

María será testigo de una conversación en la que descubre algo muy importante acerca de Javier y de un acto terrible por su parte.

No vuelven a quedar. Solo una vez más.
María no quiere delatar, señalar el delito. Qué más da la justicia, todos los días hay crímenes... (piensa María).
Se sucederán más descubrimientos, más verdades o mentiras, interminables reflexiones de una narradora atrapada en su enamoramiento.


Y así termina la novela, con el pensamiento de María: “Al fin y al cabo nadie me va a juzgar, ni hay testigos de mis pensamientos. Es verdad que cuando nos atrapa la tela de araña -entre el primer azar y el segundo- fantaseamos sin límites y a la vez nos conformamos con cualquier migaja, con oírlo a él, -como a ese tiempo entre azares, es lo mismo- con olerlo, con vislumbrarlo, con presentirlo, con que aun esté en nuestro horizonte y no haya desaparecido del todo, con que aún no se vea a los lejos la polvareda de sus pies que van huyendo”

Es una novela genial y muy recomendable.
Si quieres dejarte seducir por Marías, llevado de la mano de María, no tienes más que sumergirte en este libro. Te envolverán su intriga, sus reflexiones y su manera de contar.
No es un libro para pasar un rato; es un libro exquisito que da voz y expresión a aquello tan profundo que a veces no acertamos a definir, pero que Javier Marías plasma con agilidad y con una prosa brillante.

Si te atreves... está en la biblioteca.

Mónica

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